8.8.10

UN MUNDO RARO


Aun recuerdo ese día, solía viajar a distintas ciudades en busca de fiestas de disfraces, el rito de esconder el rostro, de pensar en como modificarse el aspecto, de cubrir la verdadera personalidad siempre me ha cautivado. Haciendo uso de mi ventaja sobre el tiempo aproveche de esos viernes de encierro para viajar a aquellas noches de muertos vivientes y brujas descaradas si temor a ser quemadas, a tal insistencia descubrí que en un condado de virginia las fiestas eran realmente buenas y los disfraces no eran nada malos, hasta logre encontrar algunos amigos, uno de ellos fue Frank, un tipo servicial, siempre dispuesto a ir por cervezas en su Firebird 87, era un tipo con grandes cualidades artísticas, dibujaba bien y era buen escultor, pero lo mas importante el sabia moverse en distintos planos dimensionales.

Su técnica era muy distinta a la mía, el empleaba la técnica de Roberta Sparrow, dicha técnica empleaba portales con forma de gusanos, realidades tangentes y objetos metálicos como medios, un receptor, la manipulación de los vivos, la manipulación de los muertos y los sueños, en realidad algo mas complejo que el simplemente resolver unas ecuaciones matemáticas y usar unas pocas drogas, quizá la mía hasta sea mas divertida.

Frank, Elizabeth y yo solíamos convocarnos para irnos de fiesta, siempre con los disfraces mas irruptivos que pudiésemos encontrar, casi como sacados de la tienda del Capitán Spaulding, Frank siempre usaba ese estupido disfraz de conejo, Elizabeth jugaba a la abuela muerte y a mi siempre me ha gustado la milicia.

Caminábamos siempre al ritmo de Tears for fears o Joy division, nos gustaba ver a nuestro alrededor rostros familiares, lugares desgastados, caras desgastadas, gente corriendo hacia ningún lado, sin expresión alguna; aprovechábamos cada noche, pensando en que no hay un mañana, no hay un mañana, Frank y yo sabíamos que podíamos desplazarnos de un lugar a otro, de un plano a otro, pero disfrutavamos el momento.

Siempre terminábamos hablando, del valor del tiempo, de la percepción que podemos tener de el, y de lo poco que lo aprovechamos y lo dejamos correr. cuando éramos niños esperábamos el día de nuestros cumpleaños esperando para que nos dijeran -Feliz cumpleaños Feliz cumpleaños-, estuvimos preocupados, recordamos el primer día de clases, nadie nos conocía y solo podíamos decir -maestra cual es nuestra lección- y ella solo respondía -cállate y escucha- y después tuvimos dieciocho y tuvimos que trabajar, algunos tuvieron angustias mas vanales otros mas espirituales y otros mas sentimentales después de eso, al final todas angustias. Le dije a Frank, alguna vez, en menos de una semana, sentí como mi vida pasaba tan lenta y todos mis mejores sentimientos afloraban, como cada día de esa semana por si mismo se volvía una semana entera o algún día de esos era casi como un solo mes, como dos horas hubiesen sido una noche entera, o un minutos bajo la lluvia, mientras unas cuantas gotas golpeaban mi nariz, se volvían toda una eternidad mientras podía contemplaba lo mas bello que alguien pueda apreciar. La única conjetura a la que podíamos llegar es que no importa lo que sucediese a nuestro alrededor, las fatalidades que podramos ver a diario, los milagros de los que podamos ser testigos, lo único que podemos hacer es aprovechar el poco tiempo que tengamos en invertirlo en un poco mas de felicidad para nosotros, para nosotros, para uno mismo.

Frank mantenía unas posturas menos sentimentales, creía que la gente a veces perdía el tiempo en dobles caras, en hipocresía y en posiciones muy rectas, creía que muchos por fuera podían lucir un gran cuerpo mientras por dentro solo era un montón de pastillas, decía de las personas que no profesaban, si no que se sometían a una religión. el solo apoyaba la inversión de tiempo a través de su manipulación, ese era su punto de vista, quizá si lo apoye, demasiado, pero esa fue la ultima vez que tuve la oportunidad de hablar con el de frente, esa misma noche de octubre en el condado de virginia fuimos a una fiesta a una casa con un bello jardín, yo hice mi labor de musicalizar la fiesta con un poco de Joy Division, mientras Frank aprovechando su localia y mayoría de edad prefería ir por cervezas en su Firebird 87, acto que seguro hoy en día sigue reprobándose el mismo, en el trayecto se vio de frente con un asalto, quiso intervenir y Frank junto con su Firebrid 87 cobraron su primer vida, aun que no paso mucho tiempo antes de que un tal Donald le cobrara la factura a Frank con una bala bien colocada en la cabeza.

Frank era un tipo muy inteligente, así que estoy casi seguro que antes de que la bala le tocara siquiera una pestaña el logro cambiar de plano, así que espero encontrarlo algún día, le comente a mis amigos Gary y Michael, a los que les contaba sobre este mismo relato que les acabo de compartir a ustedes, solo que a ellos les revele un poco mas detalles de aquella noche, así como de la familia de Donald, lo poco que llegue a saber de el después de aquel balazo, sus problemas de esquizofrenia y la turbina de avión que aterrizo en su casa, ojala le hubiera tocado estar debajo de ella cuando callo, así Frank seguiría pidiendo dulces en halloween con su estupido disfraz de conejo, les dije a Gary y Michael mientras de fondo sonaba por segunda vez el disco de the hurting en el track numero dos, creo que ellos después hicieron un cover de este tema.

Saludos amigos y aprovechen el tiempo cual enfermos terminales, que yo lo hago como si solo fuera a estar aquí hasta Enero del 2011...

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